Empecé este blog hace tiempo, más como un hobby que como un proyecto formal, ya que me apasiona todo lo que tenga que ver con el rol de la mujer moderna en nuestros tiempos. Si me han leído anteriormente me enfoco sobre todo en las mamás que trabajamos fuera de casa porque esa es mi experiencia.
Mucho ha pasado desde que comencé Comunidad Mama desde la cama estando embarazada de mi segundo hijo y después de un susto de salud enorme. Como podrán ver el tener dos hijos le quito el tiempo que le podía dedicar a este espacio. Y a eso le puedo sumar muchos retos familiares, laborales, personales que en conjunto formaron mi crisis de los 30s (de la cual aún estoy tratando de salir a flote).
Esta crisis de mis 30s me ha llevado a pensar una y otra vez (más en forma de tormento) si las decisiones que he tomado desde que me convertí en mama han sido las correctas. Conforme crecen mis hijos, crecen mis responsabilidades y ni las horas del día ni las energías alcanzan. No sé si les ha pasado pero a veces siento que voy por la vida como un robot en automático, cumpliendo con la rutina de lunes a viernes y tratando de ponerme al corriente y cumpliendo con compromisos los fines de semana en vez de recargar pilas. Mi vida laboral empezó a parecerme tediosa y mi ideal de poder conjugar la vida laboral con la familiar parecía ya una burla. Cuando me di cuenta que lo que me tenía tan agobiada es que no estoy disfrutando las cosas más sencillas de la vida como una tarde de juego con mis hijos porque estoy más preocupada por repasar mi lista mental de tareas por concluir antes de las 11pm supe que de eso se trataba mi crisis.
Como mujeres adoptamos muchos roles y sentimos que estamos on duty las 24 horas. Si tiramos las pelotitas que tenemos en el aire se acaba el mundo. Pero como podemos cumplir con todas esas responsabilidades si nos sentimos cansadas, agobiadas, y sin salida de la eterna rutina? La respuesta es que podemos cumplir con todo pero a costa de nuestra salud y nuestro bienestar, lo cual tarde o temprano nos pasa la factura.
Aún estoy en esa búsqueda del equilibrio emocional que me haga salir del bache. Me daba pena escribir sobre esto, pero sé que hay muchas mujeres que nos ponemos la coraza de súper mujer/yo puedo con todo, pero comenzamos a sentir ese agotamiento y esa falta de sentido en nuestra vida. Quiero compartirles pequeños cambios que he empezado a hacer en vida y que me han dado resultados positivos a corto plazo.
Haz tiempo para ti misma. Aunque sientas que es imposible, separa en tu agenda un tiempo para hacer algo que te guste que no tenga que ver con tu familia, el trabajo o la casa. En mi caso empecé a hacer ejercicio y aunque lo tengo que hacer muchas veces rodeada de los niños por las tardes o alas 10pm cuando muero ya de sueño, mi meta de estar en forma me hace motivarme y sentirme mejor.
Pide ayuda. Acumulaba piedritas de resentimiento en el saco contra mi marido, cuando lo veía que tenía el trabajo flexible que se suponía debía tener yo a estas alturas, cuando lo veía tener tiempo para arreglarse con las mañanas con mucha calma mientras yo corría como loca de un lado a otro para poder salir por la puerta. Hasta que lo senté y le expliqué (o exploté más bien) como me sentía. Mi marido es mi roca, pero el resentimiento acumulado y silenciado estaba haciendo que nuestra relación no estuviera al 100. Tu marido es tu cómplice, tu compañero en esto. Muchas veces somos nosotras las que los hacemos un lado porque no queremos delegar responsabilidades. No cometas ese error, expresa tus sentimientos y busca la ayuda que necesitas.
Pasa tiempo con la gente que quieres. Me he puesto la regla de no cumplir con los famosos compromisos. Tenemos amistades o familiares que más que ayudarnos a relajarnos nos quitan la energía. Yo decidí que no les doy más mi tiempo. Mi tiempo libre es sagrado y solo lo paso con la gente que aprecio y viceversa.
Haz una pausa. No permitas que el cansancio te lleve al límite, identifica cuando tienes que hacer una pausa. Ni los juguetes tirados, o el cesto de la ropa sucia se van a ir a ningún lado al día siguiente. Recarga pilas, vete de vacaciones y crea memorias con tu familia. Si me vas a decir que la cuesta de Agosto es peor que la de Enero por el gastadero de la escuela pero he aprendido que las vacaciones no son negociables, son esenciales. Así sea un fin de semana cerca de la ciudad necesitas cambiar de aires y dejar la rutina de lado.